Nueve de la mañana en punto, estamos todos aseando a la chancha para eliminar en parte la gran cantidad de barro que se acumuló durante estos días. La idea era dejarla lo más digna posible para nuestro retorno a casa. Nuestro punto de encuentro es el Cuartel General en donde el Cuerpo de Bomberos de Santiago forma en pleno. Nos despide con un improvisado pero emotivo discurso (hasta las lágrimas), del Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Constitución. Orgullosos por las labores efectuadas. Es hora de regresar.
El Cuerpo de Bomberos de Santiago con sus cuatro máquinas más la K4, se dirigen a la carga de combustible en donde nos reunimos como grupo para inmortalizar en una fotografía el trabajo que nos unió durante los 3 días.
Ya instalados en la chancha siempre con nuestro uniforme puesto, se da comienzo a la caravana rumbo a Santiago. En el comienzo del trayecto, nuestro Teniente se dirige a nosotros para unirnos tal como lo hicimos el día en que partimos para agradecer a nuestro Creador por la protección que nos brindó durante todos estos días.
Durante el trayecto pasamos por el sector de San Ramón en donde podemos divisar las dos casas que tanta satisfacción nos dieron el día anterior, más adelante cruzaríamos el pueblo de Santa Olga, completamente devastado por el fuego, una imagen muy difícil de olvidar. Después de varios kilómetros y cuando ya pensábamos que todo había quedado atrás, nos encontramos con una congestión vehicular de proporciones; Carabineros mantenía el tránsito detenido y a lo lejos se divisaba una gran columna de humo, en ese instante Capitán 14 se comunica por radio a los cuatro carros de la caravana para que activen sus sistemas de alarmas y se preparen para trabajar en conjunto llegando al lugar. Solo bastó escuchar la frase “¡A tierra muchachos!” para saber lo que cada uno debía realizar. El trabajo de estos días se vio reflejado en el rápido despliegue de material y combate al fuego. Luego de esto, comenzaría definitivamente el regreso a casa. Al dejar las zonas afectadas las demostraciones de cariño no cesaron durante todo el camino, las familias en sus vehículos que pasaban junto a la caravana nos saludaban aplaudiendo y haciendo sonar sus bocinas, lo mismo ocurrió con los camiones que cruzaban en sentido contrario, sus claxon no paraban de sonar. Nuestro maquinista no se quedó atrás y retribuyó los saludos con nuestro claxon a lo largo de toda la carretera. Las muestras de cariño por parte de la ciudadanía fueron el mejor de los pagos para todos los que íbamos en esa caravana, orgullosos a más no poder de representar a nuestra querida decimosexta.
A una cuadra de llegar a nuestro cuartel, el Teniente hizo sonar la sirena dando aviso de que la chancha estaba de vuelta en casa. Nos esperaban nuestros oficiales de compañía, más algunos camaradas y familiares. Formamos en la sala de máquinas para escuchar las palabras de nuestro Capitán y Teniente 1º quienes nos transmiten el tremendo orgullo que sienten por el gran trabajo efectuado en la ciudad de Constitución. Siendo aproximadamente las 19:00 horas, el Capitán procede a darnos la retirada.
“¡¡¡ DIECISÉIS!!!”
Agradezco a los oficiales por haber confiado
en este grupo de bomberos para realizar las labores encomendadas.
A todos nuestros camaradas que se preocuparon por nosotros
durante el tiempo que estuvimos fuera
y también a los que no estuvieron de acuerdo.
Este equipo se encargó de representar
a toda una compañía y no solo a unos pocos.
A nuestras familias por la paciencia y el apoyo incondicional,
y por sobre todo agradecer a este grupo de bomberos
que se mantuvo unido durante las largas jornadas de trabajo...
¡Honor y Gloria a la Decimosexta!
Gonzalo Bustos García